¿Cómo criar hijos cristianos en un mundo no cristiano?
Los siguientes párrafos y anotaciones son consejos
prácticos y ayudas para poder aplicar en el hogar; estas han escritas por
reconocidos autores y líderes cristianos, a fin de que sus hijos puedan tener
una opción diferente a lo que el mundo presente les ofrece.
1. ¿ESTÁ USTED ARMADO PARA HACER FRENTE A LA
SOCIEDAD?, Por Juan Whitehead
La familia, institución tan respetada en el pasado,
se encuentra en la actualidad bajo un tremendo ataque. En los últimos años
hemos visto una declinación alarmante de lo que consideramos la familia
tradicional, y creo que gran parte del problema es de origen espiritual. En
algunos países el 50% de los matrimonios terminan en divorcio. En América
Latina la situación es alarmante, llegando en algunos casos al 60%. Como
resultado muchos niños viven en hogares de un solo padre, en hogares infantiles,
asilos, orfanatos y en la calle.
Ante esta cruda y triste realidad, muchos padres
cristianos claman por ayudas. Abundan las influencias en nuestra sociedad que
tienen un efecto negativo sobre la familia, y la pregunta es: ¿cómo ayudar a mi
hijo sin atrofiarlo socialmente?
2. ¿Qué cosas atacan a la familia?
El movimiento feminista es una influencia negativa
sobre la familia. Nuestra cultura es muy machista y eso la ha deformado en
muchos aspectos, pero la oferta de este movimiento implica desconocer muchas
cosas que son fundamentales para el retorno de la familia a sus bases
cristianas. Ejemplo significativo de esto es su postura en pro del aborto. Otra
influencia con la cual debe contender la familia es la de los medios de
comunicación masiva. La televisión presenta mayormente una imagen mala de la
familia. Casi todos los programas van dirigidos al soltero; hay pocos programas
para familias. Otros muestran demasiada violencia o simplemente son
anticristianos en los valores que preconizan y premian.
Es probable que se me critique por incluir en mi
lista esta tercera influencia negativa sobre la familia, pero pienso que el
exceso de actividades de la iglesia a veces demanda tanto de los padres que
estos no tienen tiempo para dedicarle a sus hijos. Las iglesias deben animar a
las familias a reunirse por la noche para un momento devocional y para hacer
algo como grupo. Pero muchas programan tantas actividades para sus miembros que
estos rara vez tienen oportunidad de estar juntos en casa.
Los padres que no pasan tiempo con sus hijos se
privan de una relación muy especial. No obstante, hay quienes piensan que es
más espiritual pasar cada momento libre en una actividad de la iglesia que
quedarse en casa tranquilo para jugar con sus hijos. Resulta imposible desarrollar
relaciones familiares fuertes si parte de la familia está siempre en el templo
por una razón u otra.
Hay otras influencias negativas sobre nuestros
hijos, como los malos compañeros de escuela, las familias de los otros niños,
los vecinos que no se comportan responsablemente, el comportamiento social que
ellos perciben en las noticieros, conversaciones de adultos y por el sólo
caminar por las calles de nuevas ciudades.
Un paso más
Si usted quiere fomentar nuevas relaciones con sus
hijos tiene que identificar las influencias negativas de la sociedad en su
propia situación familiar. Pero no basta identificarlas: ¡tiene que tomar
medidas! Por ejemplo, si la TV es un problema de peso, apáguela más
frecuentemente. En nuestra casa, por ejemplo, limitamos su uso. Vemos sólo lo
que pensamos que son programas sanos, y los miramos con nuestros hijos o antes
de permitir que ellos lo hagan.
La televisión puede ser usada para educar. Lo que
hacemos en casa es conversar con nuestros hijos sobre lo que pasa en el mundo
(temas como el aborto, el origen del Universo y del hombre, la fidelidad, los
amigos, la responsabilidad, el trabajo, la diversión, etc.), y luego miramos
programas y leemos libros que tratan dichos temas. Para cuando nuestro primer
hijo estaba en tercer grado, nosotros ya le habíamos enseñado las palabras
clave de la teoría de la evolución, y él era capaz de ver un programa y
decirnos si la promovía, aunque no se hubiera mencionado la palabra evolución.
Por ejemplo, podía distinguir que una discusión sobre "adaptación de las
especies" era, en realidad, sobre evolución y contraria a las creencias
creacionistas que le habíamos enseñado. Si se toma usted tiempo para educar a
sus hijos sobre otras filosofías, podrán filtrar muchos programas de televisión
a través de su "cedazo cristiano", sin tener que recibir indicaciones
de parte de usted.
Ayude a sus jovencitos a practicar el uso de su
"cedazo cristiano". Muchas veces, después de un programa o película,
con mi hijo adolescente nos tomamos el tiempo para discutir desde el punto de
vista cristiano lo que acabamos de ver.
- ¿Qué mensaje tenía el programa?
- ¿Qué problemas morales surgieron?
- ¿Cómo los resolverías tú?
- El método usado por el personaje principal para resolverlo,
- ¿es válido como para ser imitado?
Este tipo de instrucción debe darse en los hogares
y estar a cargo de los padres, no de las escuelas. A medida que los padres
trabajan con sus adolescentes para desarrollar en ellos un punto de vista
cristiano, muchas de las influencias negativas de la sociedad irán quedando
atrás. Es probable que no se libre usted de todas, pero estará encaminando a
sus hijos en la dirección que corresponde.
Otro ejemplo que puedo tomar de mi propia
experiencia es el de la música rock. No soy de los que insisto en que todo el
rock es malo, sin embargo no podemos negar que cierto rock es decididamente
pernicioso, ejerciendo muy mala influencia. Mi hijo de trece años comenzó a
tomar lecciones de guitarra hace unos cuatro o cinco años. A veces escuchamos
una canción de rock y conversamos.
Debo reconocer que he debido
"aprender" a escuchar música moderna, a pesar de ir en contra de mis
gustos personales. Él conoce de música y no meramente de ruidos, pero es él
mismo quien con frecuencia comenta: "Tal grupo no me gusta porque es desordenado.
No cabe dentro del esquema de la verdadera música".
Si usted expone a sus hijos a influencias
apropiadas, lo más probable es que ellos mismos descarten las que no lo son.
3. USTED, LA MAYOR INFLUENCIA, PorFrancisco Alarcón.
De todas las influencias que un niño o una niña
pueda recibir, las personas de los padres inciden en ellos como ninguna otra
persona o cosa podrá hacerlo. Lo que usted sea, significará el modelo más
grande que ellos tengan. Hay una ley primaria en comunicaciones que dice: "Es
imposible no comunicar". Aun cuando usted no dice nada, ya está
comunicando. De igual forma los padres en sus hijos. Aun cuando usted falte por
completo, ya está influyendo. Esto de la influencia de los padres en los hijos
no es un invento de Freud, de Roger, de Jung ni de cualquier otro estudioso de
la psique, sino una realidad denunciada desde hace siglos.
- ¿Para bien? ¿Para mal?
- ¿En algunas cosas para bien y en otras para mal?
- ¿Qué está bebiendo día tras días su hijo, su hija, de su persona?
Si usted trabaja en usted mismo para ser un mejor
hombre cada día, una mejor mujer, estará invirtiendo mucho en la formación de
sus hijos.
¡Dele un buen ejemplo a su hijo! Porque de los
malos tienen de sobra.
4. ¿DEBEN LOS PADRES PROTEGER A SUS HIJOS DE
LAS MALAS INFLUENCIAS?, Por Donaldo Cole
Hay quienes dicen que no se pueden evitar las malas
influencias sobre los adolescentes. Hasta cierto punto, así es. Usted no los
puede proteger de todas las malas influencias, pero sí puede –¡y debe! – protegerlos de muchas de
ellas, aun cuando ya dejen de ser niños y vayan camino hacia la
vida adulta.
El adolescente típico no está preparado para
enfrentar muchas de las tentaciones que surgen en su camino. En nuestro mundo
moderno las tentaciones son improvisadas. Vienen envasadas "al vacío"
bajo enorme presión. El adolescente que no tiene apoyo puede caer, mientras que
en mejores circunstancias podría permanecer firme, aun en tentaciones fuertes.
No digo que usted deba aislar a sus hijos de las
realidades del mundo. Ellos deben estar preparados para lo que ha de venir.
Pero parte de esa preparación es protegerlos del ataque antes de que estén
armados para la lucha.
5. Material pornográfico
Trato de que mis hijos no vean pornografía porque
pienso que una persona no puede exponerse a ella sin que afecte su mente. En
muchos ambientes de Latinoamérica se piensa que el padre debe
"iniciar" a su hijo varón en las relaciones sexuales, por lo que no
pocos padres contratan prostitutas para que "inicien" a sus hijos en
las relaciones sexuales. ¡Si supieran ellos cuánto daño están ocasionando a sus
hijos y a los futuros matrimonios de estos…!
No permita que sus niños estén expuestos a cosas
degradantes. La mentira del diablo es que la experiencia lo hace a uno más
sabio. La realidad es que la experiencia destruye si uno no tiene la madurez
para manejarla. El diablo dice que experimentar con el sexo está bien porque
una vez que uno lo hace, de alguna manera, ha madurado. Pero no es así. Además,
él quiere convencernos de que cuando algo se hace frecuente, entonces ya no
tienta. Fíjese en cómo terminaron los de Sodoma y Gomorra por practicar el
pecado con mucha frecuencia. Mire cómo han terminado las sociedades históricas
que se han relajado en sus prácticas morales. La frecuencia del pecado, lejos
de cauterizarnos, nos habitúa a él, viendo como "normal" lo que en
verdad es distorsión de lo normal.
Cine y literatura.
Tampoco creo que a los chicos se les deba permitir
ver películas de dudosa moral. Mi responsabilidad como padre es protegerlos. La
cuestión es: ¿Dejaría yo que mi hija de trece o catorce años tuviera contacto
con un hombre de treinta que sospecho trata de seducirla? No, yo la protegería
de ese mal. Pues entonces también la protegería de verlo en una película.
En nuestra casa no prohibimos las revistas de
historietas, pero hacemos todo lo posible para que nuestros niños las eviten.
La razón es sencilla: Quiero que aprendan a apreciar la buena literatura, de la
cual hay en abundancia. Cuando lo logren, no leerán basura.
6. Música
En cuanto a la música para adolescentes, en algunos
casos la letra y la música son sencillamente terribles. Quizá no podremos
prevenir que la escuchen en otras partes, pero podemos trabajar para que no la
oigan en casa.
Cuando yo era adolescente era más fácil –¡menos difícil! – para mis padres controlar
la música que escuchábamos nosotros, pero ahora, con la venida de los
walkman y los discman se hace más complicado. Nuestros hijos suelen traer sus
amigos a la casa y juntos se ponen a escuchar sus músicas preferidas, pero
ellos saben bien que ni solos ni acompañados nos gusta que escuchen música
sugestiva hacia el pecado, la violencia y los malos principios de vida. Para
eso no sólo "damos órdenes" de qué sí y qué no se puede escuchar en
casa, sino que muchas veces me he sentado con ellos –y con sus amigos– a charlar sobre los
contenidos musicales.
Si yo quiero ser amigo de mi hijo, tendré que mostrarme amistoso
también con sus amigos. Ellos lo aprecian y dan más crédito a mis opiniones cuando
hablamos de cualquier tema. Puede que a los hijos les cueste aceptar las
limitaciones de la música, pero eso pasará con el tiempo y causará menos daño
que los efectos de la música mala.
7.Todo tipo de influencia
Sé bien que son ellos quienes deben aprender a
elegir lo que ven, leen y hacen y sé que no soy el único que influye sobre su
formación. Pero no tienen por qué aprender necesariamente por medio de
experiencias amargas. Comienzan a elegir cuando son muy pequeños, por lo que
nuestra responsabilidad es inculcar valores morales y protegerlos de las malas
influencias hasta que hayan alcanzado la madurez que necesitan para
enfrentarlas.
Tanto el niño como el adolescente pueden también
estar expuestos a malas influencias espirituales. Esto puede ser malo porque es
en estos años cuando tiende a producirse la conversión. La adolescencia es la
edad en que prima el idealismo. Es cuando, a pesar de su aparente
sofisticación, el adolescente es muy inocente.
El jovencito expuesto a malas influencias
espirituales corre grave peligro, a menos que conozca a Dios y esté cimentado
en la verdad.
Hay adolescentes bien plantados en la verdad, que saben elegir
bien. Pero con los demás, personalmente usaría la influencia que tuviera, y
diría: "Preferiría que no fueras, y estas son las razones: Creo que esto es
una influencia espiritual muy mala; no es de Dios y no quiero que te expongas a
ella". Si él objeta y protesta, puede que usted no consiga detenerlo, pero
al menos lo habrá intentado. Algunas veces fracasaremos, pero nuestra
responsabilidad es proceder y dejar los resultados al Señor.
8. SEA UN REFUGIO EN LA TORMENTA, Por Guillermo
Briseño.
Nuestra sociedad ha sido infiltrada por el mundo.
Satanás ejerce su poder en todos los lugares donde van nuestros hijos. Si
hubiera una epidemia de polio o tifus, trataríamos de que no fueran expuestos a
la enfermedad. De la misma manera, debemos hacer todo lo posible por
protegerlos de la epidemia de inmoralidad, pornografía, abortos y de una
sociedad que ignora a Dios.
Esa es la razón por la cual creo firmemente en el
valor de buenas escuelas cristianas. Algunos las llaman "invernaderos
espirituales", donde los estudiantes no tienen que enfrentar la realidad.
Sin embargo, la verdad es que cada día son atacados cruelmente por la realidad.
Necesitan un refugio en la escuela, tanto como en el hogar, donde se les
recuerde los valores cristianos y las normas morales de Dios.
No creo que la juventud necesite estar
constantemente en el lodo para comprender que el lodo les hace mal. No tienen
por qué beber para saber los peligros del alcohol, ni tomar drogas para saber
los peligros de las drogas, ni vivir la experiencia de cualquier otra conducta
destructiva común en el mundo para aprender que es perjudicial.
Por supuesto que si no se les enseña adecuadamente,
los hijos corren el peligro de convertirse en "cristianos de
invernadero", incapaces de manejar el mundo que los rodea. Por esa razón
sugiero que, a una temprana edad, los padres se ocupen de la educación sexual
para ayudar a los jóvenes a comprender sus cuerpos y a apreciar la enorme
bendición que tendrán a disposición de ellos si logran entrar en el matrimonio
sin haber caído en las relaciones sexuales antes de casarse. Ellos necesitan
saber que el sexo es algo hermoso, y no para ser prostituido y denigrado en
algún rincón oscuro, en una borrachera o por efecto de las drogas. Aun aquel
joven que está lejos de estos males extremos, también necesita saber acerca de
los traumas, resentimientos y problemas que puede tener en sus relaciones
matrimoniales futuras por haber practicado el sexo con su novia, y cómo puede
perder placer futuro por querer anticiparlo indebidamente.
Pienso que la juventud necesita que se le digan las
consecuencias de violar las leyes de Dios. Los padres necesitan ser muy
honestos con sus hijos. Necesitan hablar abiertamente sobre el cuerpo humano,
conversar con sus hijos sobre la realidad del sexo y puntualizar las
consecuencias de las relaciones sexuales fuera del matrimonio. Los padres
también deben hablar del efecto de las drogas sobre el cuerpo. Han de animar a
sus hijos a leer buena literatura, escuchar buena música y evitar todo lo que
contamina el cuerpo, la mente y el espíritu.
Las Escrituras nos enseñan que somos lo que
pensamos. El tiempo libre puede ser un arma del diablo, por eso es
imprescindible que planifiquemos con cuidado una agenda para nuestros hijos,
determinando cuántas horas por día dedicaremos a juegos creativos y otras
actividades como familia. Esto lleva tiempo, energía y planificación, pero es
preferible a tener el televisor como compañero. ¿Qué puede ser de más
preocupación para nosotros como padres que estar atentos a lo que llena la
mente de nuestros hijos? Tal inversión dará ricos dividendos que durarán una
vida entera.
Publicado por:
OSKAR GUTIERREZ
Coord. convivencia